Cannabinol en la Cosmética

Cannabinol en la Cosmética

06 de octubre de 2020

En las últimas décadas, la alta demanda de productos cosméticos naturales por parte de los consumidores ha movilizado los mercados y los estados en varios países, en torno a un paradigma muy arraigado en la sociedad. La marihuana es una de las drogas más consumidas en el mundo, popularizada principalmente debido a los efectos alucinógenos que produce, en general, cuando es fumada. Pero más allá de las posturas a favor o en contra del consumo recreativo de esta droga, existen diferencias importantes entre los compuestos que producen dichos efectos alucinógenos, y aquellos que son extraídos para usos medicinales y cosméticos. Una gran diferencia se observa en el hecho de que el cáñamo utilizado para aplicaciones medicinales y cosméticas, aunque pertenece a la familia de la Cannabis sativa (marihuana), posee un alto contenido de Cannabinol (CBN), compuesto que posee muchísimas propiedades medicinales y antiinflamatorias, mientras que posee sólo un 0,2% de Tetrahidrocannabinol (THC), compuesto que produce el efecto alucinógeno en los consumidores de marihuana con objetivos recreativos. 

 

En Estados Unidos, desde el año 2013, el uso recreativo y medicinal ha sido liberado en 11 de los 50 estados que forman ese país, mientras que otros 22 estados sólo ha liberado su uso industrial para la producción farmacéutica y cosmética, lo que ha provocado un fuerte impulso económico en dichas regiones, lo que ha favorecido el desarrollo e investigación de formulaciones que poseen como activo el CBN, las cuales cuentan con una alta demanda entre los consumidores de productos cosméticos. Sin embargo, el uso medicinal y cosmético del CBN no es algo nuevo. El primer registro de su uso data de hace más de 6.000 años en China y pertenecen a la cultura Yangshao. También existen textos hindúes del año 1.400 a.C. que hacen referencia a sus usos medicinales y cosméticos. Y existen muchas más referencias históricas de estos usos del CBN, en diversas culturas a lo largo de los siglos de historia de la humanidad.

 

El CBN, a nivel fisiológico, se puede acoplar a receptores CR1, CR2, CR3 y proteínas G, entre muchas otras posibilidades de acoplamientos que producen diversas señales y efectos agonistas y antagonistas beneficiosos en nuestro organismo, a nivel endocrino, neurológico y en el tratamiento de inflamaciones por la inhibición de sustancias vasoactivas, mediadoras de dicha reacción de defensa frente a lesiones o sustancias toxicas que pudieran afectar diversos tejidos. Entre otros beneficios, tiene un potente resultado en el tratamiento de la artritis reumatoide, así como un potencial para estimular el apetito (por ejemplo, en el tratamiento de la anorexia), calmar el dolor, aliviar el glaucoma, e incluso reducir las convulsiones, síntoma altamente recurrente en el caso de personas que sufren enfermedades del sistema nervioso o neuropsiquiátricas, como la epilepsia refractaria, donde las convulsiones provocadas por esta condición en un paciente, deterioran gravemente sus tejidos cerebrales y plexos nerviosos periféricos de su sistema, causando la muerte definitiva de muchas neuronas que no podrán ser reemplazadas por la mitosis celular, dejando un daño neurológico irreparable, lo que implica una deficiencia de sus funciones fisiológicas y, en general, la muerte prematura del paciente.

 

Las aplicaciones cosméticas del CBN son bastante amplias. Los compuestos extraídos de la planta que se utiliza en la producción cosmética no son psicoactivos y son altamente ricos en ácidos grasos insaturados (llamados también “grasas esenciales”, es decir, que no son producidos de forma autónoma por el organismo y deben ser integrados a nuestro sistema a través de vectores externos), como el Omega 3, 6 y 9. Esta batería de compuestos otorgan a los productos cosméticos, que poseen CBN, propiedades hidratantes potentes para ser aplicadas en pieles muy secas o dañadas por enfermedades como la psoriasis y el acné severo. Sus cualidades aprovechadas en formulaciones cosméticas también poseen acciones nutritivas, reparadoras, y seboreguladoras, en su forma de aplicación tópica. Hoy en día, algunas de las compañías cosméticas más importantes en términos de mercado, como THE BODY SHOP, SEPHORA y MONTIBELLO, por nombrar algunos ejemplos, se posicionan activamente como referentes de la producción y comercialización de sérums, cremas hidratantes, champús, mascarillas, ampollas, bálsamos labiales y hasta perfumes, en cuyas formulaciones el activo protagonista es el CBN.

 

En nuestro país, el uso de CBN no está legalizado, por lo que su utilización aún se encuentra acotado a ejercicios de investigación científica y a casos extremos de mala salud, donde pacientes son autorizados para el uso de este extracto con fines medicinales. El uso de CBN en aplicaciones cosméticas autorizadas para ser fabricadas y comercializadas en Chile, parece bastante lejano. Es posible que pasen algunos años antes de que las polémicas relacionadas con su consumo recreativo, den un paso al lado para que la investigación y desarrollo de las aplicaciones cosméticas y medicinales del CBN retomen su papel históricamente protagónico en beneficio de la salud y bienestar de la población, mientras, al mismo tiempo, se producen la apertura de la industria y del mercado chileno a un campo tan competitivo y beneficioso, en términos de impulso económico, para nuestro país.